La flecha amarilla y Don Elías

Hemos hecho ya un montón de kilómetros caminando hacia Santiago. Un montón de etapas.

Por el Francés, por el de El Salvador, por el Primitivo.

¿Cuántas flechas amarillas hemos visto en total? ¿Que hubiera sido de nosotros (y de tantos peregrinos) sin las flechas amarillas?




Bueno, yo me he perdido aún con flechas amarillas, pero no es normal ver por ahí a muchas personas que tengan la innata capacidad que tengo yo para perderme... y si no se lo creen, pregunten a mis hijas.

¡Cuánto hemos de agradecer la existencia de las flechas amarillas para la buena marcha de nuestro peregrinaje! Nosotros y todos los peregrinos que de ellas hemos de fiarnos.

Pero ¿Por qué están ahí? ¿Quién las puso? ¿Quién las renueva y las mantiene?

Habrá que remontarse unos años para entenderlo en conjunto.

Y si, a lo mejor me enrollo un poco, pero merece la pena conocer la historia. La historia de Don Elías.




Allá en el año 1959, es nombrado párroco de O Cebreiro Don Elías Valiña Sampedro.

Este joven sacerdote de 30 años, con un expediente académico impresionante, cuando llega a la pequeña aldea de Os Ancares lucenses, se encuentra un poblado casi extinguido y en ruinas, una iglesia en un estado lamentable y un Camino a Santiago olvidado desde hace cientos de años.





Muchos se han preguntado ¿Qué hacía aquel hombre joven y tan válido en aquel lugar dejado de la mano de Dios?

Pues hombre, quizás fuese precisamente la mano de Dios la que intervino para que eso ocurriera. Y pudiera ser que Don Elías tuviera escrito en su destino realizar allí su gran obra.

De inmediato, cuando el cura de O Cebreiro, pues así le gustaba ser nombrado, tomó posesión de su parroquia, inició las gestiones para conseguir la restauración de la iglesia de Santa María la Real, rehabilitó la casa rectoral que hacía (o haría) las veces de hospedería de peregrinos y recuperó el poblado construyendo viviendas nuevas para sus vecinos y reparando las viejas pallozas que pasan a depender de la Dirección General de Bellas Artes.

En 1964, el Santuario de Santa María la Real ya está restaurado y se procede a su consagración.






Pero lo que de verdad enamoró a Don Elías fue el Camino de Santiago. Fruto de esta pasión fueron sus estudios sobre el Camino y todo lo relacionado con él. Tal es así, que en 1965 defiende su tesis doctoral en la Universidad Pontificia de Salamanca con el título: "El Camino de Santiago. Estudio histórico-jurídico"

Esta tesis doctoral, por cierto, es galardonada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas con el premio Antonio Lebrija.

A partir de aquí, consciente de la importancia del Camino para Europa, no solo como camino de peregrinación y fe, sino también como ruta cultural y turística, comienza una campaña de exaltación del Camino de Santiago. Pocos fueron sus frutos al principio, pero perseverante y trabajador como nadie, no cejó en el intento.

Aunque no eran muchos, los peregrinos que hacían noche en O Cebreiro, se reponían del esfuerzo en la casa rectoral, que hacía las veces de hospedería o en pallozas acondicionadas con paja en el suelo cuando aquella se quedaba pequeña. Pero todos ellos compartían mesa con Don Elías, quien escuchaba con interés los relatos que los caminantes le narraban. Y pronto constató que la queja mas generalizada entre los peregrinos era la facilidad con la que se podían extraviar, perdiendo en ocasiones hasta días completos.

Podríamos decir que entonces, Don Elías, se echa la manta a la cabeza y acomete la enorme obra de limpieza, recuperación y delimitación del Camino De Santiago.

Recorre el Camino varias veces desde Roncesvalles hasta Santiago con su Citroen cargado de botes de pintura amarilla.

¿Por qué amarilla? 

En su idea de pintar flechas que indiquen la dirección a seguir, el cura de O Cebreiro sabía que necesitaba pintura resistente a la intemperie y que a la vez fuera suficientemente barata para poder pintar cientos, miles de flechas desde el Pirineo hasta el Finisterre.

¿Os imagináis a un cura, todo nervio y con enormes ganas de hacer cosas, negociando con los responsables de las grandes empresas constructoras de carreteras de la época?

Pues ni corto ni perezoso, allá fue Don Elías. 

No podremos saber cómo transcurrieron aquellas negociaciones, pero lo que si podemos constatar es que el cura salió de allí con lotes de pintura amarilla, excedente de obras de carreteras, a precios muy reducidos e incluso, dicen, alguna vez regalados.

Y así tenemos a Don Elías, recorriendo tramos del Camino y poniendo en práctica su magnífica idea de señalizar la ruta, pintando flechas amarillas por doquier. Estas flechas amarillas se convertirían enseguida en la guía del Camino más completa y fiable. Y aún hoy lo son.

Pero no solo pintó dichas flechas, limpió y recuperó tramos olvidados, luchó y exigió a las administraciones públicas respeto y protección para el Camino... Hubiera sido obra faraonica y pronto olvidada si se hubiera limitado a hacerlo en solitario.

No. Allá donde fuera conseguía entusiasmar a otras personas inculcándoles su pasión por el Camino y sus ideas de recuperar la milenaria ruta. Estaban naciendo las diversas Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago.





Son estas asociaciones de voluntarios, a las que nunca agradeceremos suficientemente su labor, las que desde entonces cuidan y mantienen las vías de peregrinaje a Santiago de Compostela. Y las que mantienen amarillas y visibles las flechas que ideara el bueno de Don Elías.





Una vez que el Camino volvía a renacer, en 1985 se celebra el I encuentro Jacobeo, donde por unanimidad de nombra a Don Elías Valiña Sampedro Comisario del Camino de Santiago, reconociendo así su enorme trabajo en aras de su recuperación.

En diciembre de 1989 muere Don Elías a la temprana edad de 60 años.

Grande fue su trabajo y aún quisiera contar algo mas del cura de O Cebreiro, pero escaso es mi tiempo y no quiero abusar de vuestra paciencia, así que pospondremos para siguiente ocasión otros temas.

No os perdáis, sin embargo, este vídeo. Sus testimonios nos ayudan a entender mejor a Don Elías y el renacer del Camino



Seguid las flechas amarillas y tened

BUEN CAMINO!!!


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