Bueno amigos, mientras el común de los mortales disfrutaba del merecido (o no tanto) descanso dominical, este individuo que firma ahí abajo decidió ir a patear un poco al monte para aprovechar un rato libre que las circunstancias quisieron regalarle.
Casi sin preparar por lo precipitado de la decisión, creí que sería interesante "explorar" la próxima etapa del camino: La Robla-Poladura de la Tercia. Y hacia allí fui.
Al poco de dejar atrás La Robla, llegué a la Ermita del Buen Suceso.
Desde la carretera, mirando a la izquierda, se ve esto:
Y a la derecha hay esto:
Qué razón tenía Miguel cuando nos decía: "en Buen Suceso (restaurante con buenos pinchos de tortilla)".
Eso si, tengo que rogaros que extreméis las precauciones al cruzar la carretera, que como decía mi agüela, van como locos.
Seguí hacía el norte y en un periquete me planté en Poladura. El trayecto fue cómodo, rápido...
Eso sí, cuando bajé del coche y eché a andar... ya fue otra cosa.
¿Qué pensabais, que iba a hacer toda la etapa andando?
Pues no. La idea era "desandar" desde Poladura hasta el alto Forcadas de San Antón, que es el punto mas alto de la etapa con sus 1.458 metros de altura. Subiría hasta allí (6 km), vería desde arriba la subida que tenemos que hacer el próximo día y volvería a Poladura emulando el final de etapa.
Pero claro... yo propuse y Dios dispuso. Dispuso nieve, viento, niebla... y mi suerte y mi caraja.
En Poladura aparqué al lado del albergue de peregrinos para buscar información, pero allí (al igual que en todo el pueblo) no había nadie. Así que buscando las flechas amarillas, eso si, en sentido inverso, salí del pueblo.
El panorama no era muy alentador. Barro, nieve y unas nubes que no presagiaban nada nuevo.
Dudé bastante. De hecho legué a darme la vuelta en dirección al coche (que tiene calefacción), pero cuando llegaba al pueblo de nuevo:
Apareció el sol y con él el ánimo, así que volví a reanudar mi marcha, ahora con mas ganas.
Encontré un puentecillo del que había leído algo no recuerdo dónde:
Su autor dejó la firma:
Y seguí la desandarura un buen trecho contento de haberme acordado de ponerme las polainas que me trajeron los Reyes Magos. (si, ya se que si las estrené para Foncebadón, no concuerdan las fechas, pero no voy a explicar aquí "películas de Reyes Magos en casas con niños").
Pero claro, no hay bien que cien años dure (creo que no era así) y aquellas nubes que amenazaban al principio volvieron y se quedaron. Bueno no, marchaban a velocidad espantosa pero volvían otras.
Ya metidos en harina, calculando que me quedaría poco, continué trayecto intentando proteger mi cara de los hielitos que viajaban en horizontal y a Oly de la humedad.
En este tramo pude ver las señales anti-nieve que han puesto recientemente (tampoco recuerdo dónde lo leí) :
Están muy bien, pues evidentemente las pintadas en las rocas desaparecen con las primeras nieves y es de agradecer el trabajo y el esfuerzo de las personas que las han colocado, pero tienen un problema. Al estar colocadas sobre una varilla metálica en el suelo pueden girar ya sea movidas por las inclemencias meteorológicas o por la mano de algún graciosillo que pasaba por allí...
Yo vi una exactamente al revés. Cuando desandaba dudé, pues estaba, como ahora relataré, un poco despistadillo, pero a la hora de volver tuve claro que estaba dada la vuelta, así que dediqué unos instantes y un empujoncillo a colocarla bien.
Como digo, hubo un par de ratos que estuve un poco despistadillo... bueno no, estuve perdido... pero perdido del todo.
La primera fue cuando ante una loma desaparecieron las señales (o yo no las veía) y por lógica pensé que tendría que seguir por la derecha... (la lógica no existe y os lo puedo demostrar).
Fui a darme contra la pared de una montaña buscando paso, pero allí no había. Subí a la loma (desde lejos no parecen tan empinadas) y desde allí me hice composición de lugar. En la collada señalada tenía que estar el alto Forcadas de San Antón
Por fin lo tenía localizado y como a dos km. pero en vez de volver atrás y retomar el camino donde me había perdido, decidí bajar a cuchillo too pa`lante.
Pasaron por debajo dos cazadores, pero demasiado lejos para preguntarles:
Así que seguí too pa´lante hasta que las escobas que de lejos parecen hiervecillas me explicaron que no hay atajo sin trabajo.
Mientras, el clima jugando con ventiscas, nieve (hielitos), nieblas que van y vienen... y yo perdido entre las escobas...
Cuando creía que estaba acabando de atravesarlas, me topé de nuevo con los cazadores que muy amables me explicaron que El Camino transcurría mas al este. El camino que yo trataba de ganar iba al mismo sitio, pero no era El Camino del Salvador.
Cansado, nevando y ya tarde me di la vuelta y camine con ellos unos metros. Me dejaron de nuevo en el Camino del Salvador, pues ellos se iban hacia San Martin y continué hacia Poladura.
Fracasado mi intento de llegar al alto Forcadas de San Antón y ya sin problemas de orientación, fui pensando en la etapa del sábado.
No sería bueno que nadie se quedara solo.
Es mejor que el grupo vaya compacto.
No es bueno pisar boñigas.
Pero es peor cuando te salpican el pantalón...
El autobús, a la vuelta, puede tener un ambiente interesante...
Hay que pasar varios pastores eléctricos y sí, algunos funcionando. Los que lleváis bastón os podéis ayudar de ellos para pasar por debajo. (El bastón se agarra por el mango, que es aislante).
Las predicciones para el sábado son mejores: cubierto con lluvia escasa y 10º. Y todavía falta que Miguel llame a sus contactos para reservar mejor tiempo. Pero llevar ropa y calzado adecuado es muy importante.
Cuando veamos esta imagen, estaremos a punto de culminar la etapa:
Las casas que se ven entre los árboles es Poladura de la Tercia. Y con sol (que vamos a tener ratos de sol) el paisaje es espectacular.
Así llegué de nuevo al puente donde sólo constaban mis huellas de la ida:
Y de allí, en unos pocos metros, el pueblo y el coche con su calefacción y todo.
Y el que tiene la culpa de todo, principalmente del tocho que acabáis de leer, es este de la foto:
Eso si, deseándoos a todos
BUEN CAMINO!!!